21 octubre 2006

La Flor Púrpura

En algún recóndito lugar de tus vanos pensamientos, se esconde aquél, el más escabroso pensamiento que deseas olvidar, aquél que tu mente no tolera, que va más allá de tu entendimiento humano, más allá de la imaginación mortal que todos tenemos... recuerdas, al mirar hacia allí..
..Borbotones violetas salían de ese pecho, de ese cuerpo.. líquido espeso, casi negro, ese tono violáceo tan bello, ese tono escarlata.. tan caliente, tan vivo.. tan muerto ya realmente, se derramaba por el suelo, un horrendo contraste entre el profundo blanco y la luz del día.. y ahí estaba, esa gran y creciente mancha violeta, que avanzaba hacia ti.. no podías dar marcha atrás, esde daño irreparable ya estaba hecho, sólo quedaba esperar.. esperar a que esa desesperante mancha dejara de crecer, no podías esperar un milagro.. la muerte es irreversible.
Observaste.. pequeñas heridas, pequeñas flagelaciones por aquí y por allá en ese cuerpo.. marcado por hondas llagas, profundas cicatrices.. antiguas cicatrices de esos pasados ataques.. llagas de antiguos pero presentes dolores... Todo ese cuerpo empapado en colores violetas, algunos ya secos.. tenía tantas marcas, innumerables..
Tendido ahí, a la mitad de la nada, a la mitad de su pasillo. Pronto, cierra esos ojos.. cierra los ojos del cuerpo necrótico, de ese cadáver... bórrate toda culpa, cierra esos ojos que te incriminan y te señalan... quita el cuerpo de ese pasillo, déjalo reposar en un lugar más digno.. termina con esa sádica y deprimente escena..
limpia toda la sangre.. sí, la cama.. es un perfecto lugar para el cadáver.. lo llevas hasta ahí, goteando manchas violetas.. casi púrpuras por doquier, manchando esa colcha blanca.. adornándola con esos colores, esas gotas que se impregnan en la tela y se encarnan en ella.. eternas marcas del tormento.... Acomoda el cuerpo, acomoda esa bella desnudez femenina en esa cama, coloca sus brazos, ya algo rígidos sobre su pecho, para evitar ver esa horrenda hendidura por donde la sangre salió.. por donde su vida se escapó.. Mírala, tan hermosa en ese lugar, mira sus labios.. ya lago pálidos, todavía son dignos de causar admiración, deseos de besar.. pero te resistes a hacerlo, el miedo te invade, la tristeza te asalta, te da tristeza no volver a ver esos ojos, no escuchar esa voz.. no sentir esos labios carnosos, rojos y calientes en tu cuerpo, oh sí.. apenas hace unas horas que tú y ella....
Acaricias su cabello, su larga y espesa cabellera y recorres su rostro.. mirándola con ternura y tristeza entremezcladas.. Basta, te apresuras a limpiar ese charco, esa mancha violeta de tu antes impecable piso blanco. Mientras limpias la horrenda escena, la abominable y despreciable acción, se te comienza a erizar la piel, a acelerar los latidos de tu corazón.. escuchas una voz.. tal vez deliras, tal vez no... Escuchas esas palabras, casi intangibles, como balbuceos.. ¡no puede ser!.
Regresas a la habitación donde dejaste a tu adorada y te quedas mudo... completamente fuera de tí, no das crédito a lo que tus ojos te dictan: Miles y Miles de pétalos púrpuras han caido sobre la cama, sobre su desnudo cuerpo , recuerdas que le gustaba ese color, esa flor.. recuerdas que te hechizaba su rostro con tan sólo una flor entre su cabello, las flores púrpuras..
Observas su rostro quieto y mudo, acostado tal como lo dejaste, pero tiene una flor púrpura entre sus manos rígidas, no sabes cómo llegó ahí y no te explicas los miles de pétalos púrpuras sobre su cuerpo. Volteas, le das la espalda al cadáver y te frotas los ojos para intentar serenarte y confirmar lo que ves.. piensas que eran sus flores favoritas, ¿cómo llegaron ahí? y de la nada escuchas esa voz, inconfundible, un escalofrío te recorre todo el cuerpo.. volteas muy despacio y lentamente temiendo ver lo que tus ojos ya imaginan: Sí, volteas y ves ese cuerpo, a esa muerta mirándote con sus ojos de hielo, con ojos de ira, diciendo tu nombre, casi gritándote, culpándote, incriminándote por su muerte, culpando esa acción por tu frialdad, por la incompasión que tuviste con ella... te pregunta una y otra vez cuál fue la razón para terminar con ella.. ¿por qué la mataste?
No puedes moverte, no puedes ni hablar de la impresión que te ha dado.. te sientes tan basura, tan culpable por haberlo hecho.. tan mal por haberte insensibilizado, por haber sido tan ciego...
Finalmente ella te menciona lo que hiciste de ella.. te pregunta por qué le hiciste eso: La obligaste a cometer suicidio.. ella murió por su propia mano, pero fue a causa de tu frialdad, de tu cinismo...
Despierta!!
Sólo lo soñaste.. fue una cruel y horrible pesadilla.. tranquilo...
No dejaré que te olvides de mi tan fácilmente.. mira las manchas violetas en tu cama.. las he dejado para ti.. para que no olvides aquél incidente.. jamás se secarán para recordarte día a día lo que pasó.. jamás podrás limpiarlas.. Al igual que aquella flor púrpura frente a nuestra fotografía, misteriosamente puesta ahí.. te la dejo yo.. para que recuerdes mi afición por esas flores, estarán ahí para que siempre recuerdes esta muerta.. sí.. la que tú mataste.

NadiaSeviLLa