01 mayo 2013

Prefiero Morir de Pie...

¿La querías?
Yo la amaba más que a mi vida... pero nunca se lo dije. Al final, la sumí en un mar de llanto y tristeza que nunca podré perdonarme.

Dicen que salió de su casa al rededor de las 7:17am, directo a su trabajo, al otro lado de la ciudad, temprano para no tener que lidiar con el tráfico, en su pequeño automóvil rojo... Yo dormía a esa hora todavía, no tenía que ir al trabajo sino hasta las 9am, aún podía dormir una hora más... Estaba cansado, venía llegando de un viaje largo y extenuante... con ella, con esa otra chica que me hacía sentir bien y con quien mi familia se sentía tan a gusto. A ella le regalé los primeros instantes, los primeros momentos de un nuevo año que comenzaba: 2013. La preferí a ella por muchas razones, era simpática, agradable, de esas personas que agradan a todo el mundo, con quien todos se divierten y se sienten en confianza, era divertida, no como, no era como nadH.
A pesar de que ví un  cambio en ella, a pesar de lo mucho que me juró que había cambiado, de tantas veces que me pidió mi confianza, me pidió una oportunidad... no quise darsela. Tenía miedo, no quería sentirme atado a ella, no quería que consumiera por completo mi vida, mi tiempo, mi espacio. No quería tenerla pegada tras de mí todo el tiempo, con sus requerimientos excesivos de amor, con sus lloriqueos, con su enfermiza tristeza. Quería sentirme libre, sin tener que rendirle cuentas a nadie, sin dar explicaciones de a dónde voy, con quien voy y por qué voy!! 
Yo la quería.. la amaba, pero no estaba listo para dedicar mi vida a ella. Quería ser egoísta, aún era joven, aún podía vivir muchas cosas, podía vivir sin ella, podía tener una vida mejor sin ella. No importaba cuánto la quisiera, en esos momentos, me sentía más cómodo sin ella, en compañía de aquella chica.
Sé que hice mal, y sé que le hice mucho daño a nadH... se me partía el alma cuando me llamaba llorando, cuando la veía tan triste, cuando me decía que yo era su vida, que era todo para ella. La ignoré. Hice mis oidos sordos a sus ruegos, a su tristeza. Hice mi corazón de piedra ante lo que ella me pedía. ¡Sólo me pedía que la amara! Y yo no quise hacerlo, no quise darle ese privilegio, porque la veía como una niña mimada, una egoísta malcriada que todo lo que quería, lo obtenía. No quise demostrarle cuánto la quería, porque no quería que su ego creciera, no quería que ella se sintiera dueña de mi.
A veces quisiera volver el tiempo atrás y abrazarla cuando lloraba, besarla cuando la tenía frente a mi, amarla con todo mi ser, con todo lo que yo era, quisiera haber podido hacerla feliz, haber salido una vez más con ella por un té chai, por su helado de menta que tanto le gustaba, me hubiera gustado reirme de ella una vez más porque a todos lados pedía lo mismo, verla con sus blusas de colores psicodélicos, dejarla fumar en mi auto, manejar con ella a mi lado. Daría lo que fuera por aquellas vacaciones en la playa a las que jamás fuimos, por salir con ella en bici, a caminar un rato por el centro, beber cerveza barata y platicar de la vida, del espacio, de dios, de mi padre.... lo que fuera por una fogata a su lado, con un buen tequila, con nuestros amigos diciendo estupideces... por pelear, por discutir con ella...
Pero jamás podré hacerlo, porque nadH se murió.
Ese día salió temprano de casa, para no lidiar con el tráfico... tal vez demasiado temprano. El chofer de un tráiler se quedó dormido y se salió del camino... justo cuando ella pasaba a su lado. No hubo nada qué hacer para esquivarlo, la caja del tráiler cayó sobre su auto y ella quedó atrapada. Me llamó unas 3 veces, tal vez para despedirse, tal vez para pedirme ayuda, pero no contesté porque dejé el teléfono en silencio, justamente para no escuchar sus llamadas de reproches, sus llamadas tristes e iracundas para reclamar que me había ido con otra...
Cuando los paramédicos llegaron por ella, ya estaba muerta.
Cuando llegué al servicio... ya no me dejaron verla. Su cuerpo estaba tan maltrecho que nadie quiso dejarme entrar. Se fue y no pude despedirme de ella. No pude pedirle disculpas, no pude decirle lo que en verdad sentía por ella... Aunque espero que ahora lo sepa.
Un día antes, me envió una frase que decía "prefiero morir de pie, que vivir toda una eternidad hincado"... Creo que ella murió sabiendo que hasta el último momento, nunca dejó de quererme, y nunca pudo dejar de demostrarlo. Murió amándome, aunque yo no lo demostrara y aunque fuera frío con ella, nunca dejó de quererme.
Quiero vivir y demostrar con mi vida, lo que no pude demostrarle a ella.
Te extraño.

nadH.